- Este debate tiene 9 respuestas, 6 mensajes y ha sido actualizado por última vez el hace 1 año, 6 meses por Maite Tudela.
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13 de marzo de 2022 a las 11:58 #2203Moderador
Maite Tudela
En la mayoría de casos presentados aparecen alusiones a diagnósticos de trastorno mental en las mujeres. Curiosamente, también en la mayoría, Gisela menciona que no han estado nunca atendidas o en un seguimiento en la red de atención a la salud mental.
También curiosamente (o mas bien diría, sospechosamente) ninguna de las mujers tiene un diagnóstico de trastorno por estrés post-traumático (TEP) cuando son mujeres altamente re-traumatizadas.
Desde vuestra experiencia, ¿creéis que las mujeres que acuden y transitan por la red de drogodependencias estan bien orientadas y tratadas cuando existe un diagnóstico de transtorno mental?.
¿En caso que penséis que no, ¿cómo influye este hecho en sus procesos de recuperación?
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14 de marzo de 2022 a las 10:15 #2213Participante
Silvia Saquicoray Santos
Desde nuestro centro cuando hay un caso de adiccion asociado a un problema mental ,y el médico pide que sea evaluado por siquiatría,hay dificultad ,primero la burocracia que hay que llenar un cuestionario para ver si hay trastorno mental,Segundo que no hay fluidez en atender a ese pacte ,que necesita que lo vean lo más pronto . En caso de las mujeres peor aun . La deficiencia de profesionales en la red sanitaria , y de centros siquiatrícos, donde se pueda dar atención integral ,en cuanto a tratamiento y seguimiento .obstaculiza para su recuperación .
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14 de marzo de 2022 a las 13:36 #2216Participante
Isabel Moreno Ruiz
A medida que voy formándome en perspectiva de género me voy dando cuenta de que no todo son diagnósticos psiquiátricos…pesa mucho la clínica en general pero parece que nos falta una mirada más amplia para mirar a las personas, a las mujeres , para evaluarlas , diagnosticarlas , tratarlas, acompañarlas…
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14 de marzo de 2022 a las 19:08 #2222Moderador
Maite Tudela
Estoy de acuerdo que para realizar un buen diagnóstico hay que dedicarle tiempo, preguntar a fondo cuando empezaron los malestares, con qué situaciones vitales se relacionan los síntomas que han ido mostrando a lo largo de sus vidas. Diferenciar cuánto de toda esta sintomatología es producto de las diferentes y múltiples vivencias de trauma.
Para mí, el tratamiento y el abordaje puede ser muy distinto y podríamos evitar que se cronifiquen diagnósticos que llevan puestos 15 años, en mujeres que se les ha ido sumando medicación y que no han tenido una adecuada revisión.
He conocido mujeres en la red de salud mental con diagnósticos (y tratamientos farmacológicos) de trastorno bipolar durante 15 años derivados de parejas maltratadoras que al poder cortar la relación han desaparecido. En concreto esta mujer nunca fue derivada de la red de salud mental a la de violencia. Si se hubiera hecho tal vez se habría ahorrado mucho sufrimiento y etiquetación.
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14 de marzo de 2022 a las 17:55 #2217Participante
Francisco Jose Borras Nevado
En mi opinión en los casos que hay un diagnostico de salud mental y de drogodependencia, y en base a la experiencia de mi centro de trabajo, la coordinación con salud mental es casi misión imposible. Mas el desconocimiento que creo que tienen de lo que hacemos en un caid.
En el caso que la paciente sea una mujer, todo se “complica” mas. Además no creo recordar en todos estos años que haya habido un diagnostico de TEP, en las pacientes del CAID.
Para las pacientes que no están en la red de salud mental y que es necesario una valoración por parte del servicio de psiquiatría, estaría bien poder agilizar las derivaciones y coordinaciones con este servicio
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14 de marzo de 2022 a las 19:37 #2224Moderador
Maite Tudela
Efectivamente Francisco y Silvia, habéis traído un tema crucial que es el de la dificultad de coordinación con la red de salud mental.
A pesar de los distintos “planes directores” de salud mental y adicciones que se diseñan desde las administraciones, mi experiencia es que el tratamiento coordinado y ágil sigue siendo una asignatura pendiente.
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15 de marzo de 2022 a las 07:57 #2225Participante
ANA ISABEL ALONSO CALDERON
Buenos días:
Aunque la realidad de encontrar mujeres con trastorno mental y violencia de género, he visto que se ha ido visibilizando más de unos años a esta parte, un aspecto en el queda camino por mejorar es una adecuada atención coordinada e integral que presentan estos casos. El pararse a pensar conjuntamente todos los servicios que pueden estar implicados en el plan de intervención con estas personas no se realiza suficientemente; sabemos que son situaciones complejas las que nos encontramos en el día a día, el cuestionarnos por dónde empezar a intervenir con las mujeres dañadas, a mi modo de ver pasaría de conocer las necesidades más primarias inicialmente a cubrir (salud, en el caso de agresión física, alojamiento, manutención, higiene, etc), posteriormente profundizar en su historial de salud mental y de adicciones para trabajar a la par, sin prisa pero sin pausa, respetando los tiempos de la mujer. Y por último y no por ello menos importante irla dotando de herramientas que la permitan mayor autonomía, la empoderen y la capaciten suficientemente para ir enfrentándose a su realidad cotidiana.
Por supuesto que son necesarios los recursos con perspectiva de género y sensibles a estas situaciones, además que tengan en cuenta los distintos aspectos de la persona que se ven afectados, dando una respuesta individualizada y que suponga también un cambio en el contexto, comunitario y social donde la igualdad de oportunidades se vaya haciendo más evidente y palpable.
Recientemente he tenido un caso en el que estaba presente violencia de género, trastorno mental, drogodependencia, compleja situación judicial, discapacidad, emigración, precariedad económica y debido a una orden de alejamiento residiendo en otra comunidad distinta autónoma del empadronamiento. Esta situación me ha supuesto el cuestionarme muchas realidades a las que atender y por dónde iniciar la intervención; la respuesta empática, aunque parezca simple ha sido el proteger a esta mujer con el apoyo de su familia extensa, por el gran riesgo vital que esta presentaba; a partir de ahí queda un largo camino por recorrer. Ya sabéis seguiré “tejiendo”.
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16 de marzo de 2022 a las 16:40 #2251Moderador
Maite Tudela
Este caso que has expuesto, Ana Isabel, define muy bien el concepto de interseccionalidad, que como ya os habrán mencionado en el curso, fue acuñado por la jurista Kimberle Crenshaw en 1989 haciendo referencia al fenómeno por el cual cada persona sufre opresión u ostenta privilegio en base a su pertenencia a múltiples categorías sociales.
Realmente, estos casos tan complejos requieren de que los y las profesionales “pongamos toda la carne en el asador”, y ello implica este profundo sentimiento de empatía del que hablas, el respetar sus tiempos y ante todo poner muchas energías en coordinar con todos los servicios que intervienen (violencia, salud mental, justicia, servicios sociales, etc.).
En uno de los municipios donde trabaja mi entidad (Vilanova i la Geltrú, Barcelona) desarrollando servicios para mujeres que tienen diagnósticos de trastorno mental y viven situaciones de violencias machistas, hemos creado un grupo de trabajo formado por profesionales del CAS (servicio ambulatorio de drogodependencias), del CSMA (servicio ambulatorio de Salud Mental), del SIE (servicio especializado en violencias) y un piso para mujeres con estas problemáticas y un programa de acompañamiento a la vida autónoma (ACTUA DONA) de la entidad. La experiencia está siendo muy positiva. Nos encontramos cada dos meses y coordinamos casos en común, evitando así duplicidades y optimizando los servicios. El resultado en las mujeres es una disminución de la revictimización secundaria derivada de tener que explicar cada vez sus historias de vida, y una mejora en la adhesión a los tratamientos.
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17 de marzo de 2022 a las 18:34 #2254Participante
MONICA CASTAÑOS IZQUIERDO
Aunque tenemos mucha bibliografía en el curso, os comparto un artículo que a mí me ayudó a releer críticamente los diagnósticos psiquiátricos tradicionales, desde la perspectiva de género. Se titula “Subjetividad, desigualdad social y malestares de género: una relectura del DSM-V” y sus autoras son Margot Pujal I Llombart, Marina Calatayud y Patricia Amigot . Este es el enlace donde puede leerse y/o descargarse:
https://revintsociologia.revistas.csic.es/index.php/revintsociologia/article/view/1057
Saludos.
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18 de marzo de 2022 a las 11:19 #2255Moderador
Maite Tudela
Muchas gracias Mónica por el artículo, muy interesante.
Verdaderamente, hacer una lectura de la salud mental con perspectiva de género es indispensable y urgente para “afinar” al máximo nuestras intervenciones.
Os comparto también un artículo que a mi me pareció muy ilustrativo tanto de los factores que contribuyen a la hipermedicalización de las mujeres como a los sesgos de gènero en los diagnósticos.
https://www.gacetasanitaria.org/es-el-genero-como-determinante-salud-articulo-S0213911120301813
Si os interesa el tema podéis leer a Carme Valls-LLobet que es una referentes en temas de salud con perspectiva de género. Su último libreo “Mujeres invisibles para la medicina ” del 2020 es una auténtica joya.
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