Respuesta a: Acompañamiento a las maternidades

#2223
Moderador
Maite Tudela

Tal como habéis señalado en vuestras acertadas respuestas, las maternidades en las mujeres que atendemos, son uno de los aspectos fundamentales a abordar en los tratamientos en profundidad y con sumo cuidado de no dejar que interfieran nuestros propios prejuicios sobre como se debe ejercer la maternidad derivados de la socialización de género.

Sobre este tema podríamos hacer un curso entero pero intentaré resumir algunos de los aspectos que habéis apuntado y que me parecen de especial interés:

1/ Por una parte podríamos decir que la maternidad en las mujeres consumidoras de drogas es uno de los principales obstáculos tanto de inicio como de adherencia a los tratamientos.

Como bien señaláis en vuestras respuestas muchos son los aspectos que influyen:

  • El miedo a la retirada de los hijos/as por parte de servicios de infancia. Este hecho retarda su llegada a los tratamientos empeorando las condiciones de salud mental y física cuando llegan a ellos.
  • La injusticia a la que se ven sometidas (violencia institucional) pues ellas son juzgadas y se les exige mucho mas que a sus compañeros padres drogodependientes.
  • La falta de apoyos en la crianza por el rechazo familiar en muchas ocasiones y por que los padres no se hacen cargo de los hijo/as o bien son la figura que maltrata y ellas, por responsabilidad no los van a dejar en sus manos.
  • Los fuertes sentimientos de culpa que experimentan por transgredir el rol asignado a las mujeres de cómo debe ser una “buena madre”.

2/ Otro aspecto importante que también señalan Raquel y Francisco es esa “disonancia cognitiva” que nos generan estas situaciones a las y los profesionales que tratamos con ellas. Ese dilema derivado de nuestra preocupación por el cuidado de los y las menores y el poder acompañarlas a ellas en sus “maneras no convencionales de cuidar”.

Para mí es sumamente importante que los/las profesionales hagamos una revisión a fondo de nuestros propios prejuicios y aprioris a fin de asegurarnos que estamos haciendo un acompañamiento a que ellas tomen sus propias decisiones desde la responsabilidad en mayúsculas. Porque a veces, y yo lo he visto en casos de mujeres que viven en la calle, la decisión responsable ha sido dejar a sus hijo/as a cargo de otras personas o instituciones y esto les duele mucho y nosotras debemos validarlas como su manera de cuidar.

Veíamos en uno de los casos que explicó Gisela cómo una madre aplicaba estrategias de regulación en el consumo de drogas (depresoras por la mañana y estimulantes por la tarde porque tenía que hacerse cargo de sus hijo/as) y ello da cuentas de que siguen ejerciendo cuidados y responsabilidad.

Cómo bien apunta Maria Pilar, es importante ofrecer espacios en los tratamientos de habilidades de materanje y paternaje para acompañarlo/as en esta crianza responsable pero sobretodo hemos de tener mucho cuidado de respetar profundamente sus maneras distintas de ejercer la maternidad y no imponer las derivadas del modelo tradicional .

Cito aquí a Irigay (1981, en González de Chávez, 2015) que reclama la necesidad de romper con la imagen de la madre sacrificada y de devolver a las mujeres el derecho a sentir y vivir sus propios sentimientos (incluso si son negativos respecto a la maternidad y los hijo/as), deseos y opciones.

Os dejo un enlace a un manual de Patricia Martínez Redondo y Elisabete Arostegui Santamaria que incluye un capítulo muy interesante sobre las maternidades en las mujeres consumidoras de drogas. Se titula “Mujeres y drogas. Manual para la prevención de recaídas con perspectiva de género. Deusto. En general me parece que este manual es una lectura imprescindible para trabajar en este campo. Lo podéis encontrar en:  www.deusto-publicaciones.es

Otro aspecto muy importante que habéis señalado es la falta de recursos adaptados a mujeres con hijos/as.

Este me parece también un tema crucial en el que tenemos aún mucho por avanzar. Como bien habéis dicho, estas mujeres, en el caso que necesiten un ingreso (ya sea por motivos derivados del consumo como por los derivados de las violencias que están viviendo) se quedan fuera de las dos redes: los servicios de acogida de la red de violencia o bien no aceptan su ingreso cuando hay consumos activos o bien las expulsan por ser mujeres “disruptivas”. En el caso de la red de adicciones lo más habitual es que las Comunidades Terapéuticas y Pisos de Reinserción no las acepten con sus hijos/as y como ya hemos dicho antes la falta de apoyos hace que esto signifique una barrera infranqueable.

En mi opinión las administraciones públicas y las entidades sociales deben asegurar que se creen servicios preparados para trabajar todas estas interseccionalidades: drogodependencia, violencias, muchas veces trastorno mental asociado, etc.

Yo he tenido la gran suerte de participar de la creación en Cataluña de un servicio residencial de este tipo, el Espai Ariadna de la Fundación Salud y Comunidad. Fue y está siendo una experiencia muy bonita y también muy compleja sobretodo para hacer entender a las diferentes redes (violencias machistas, drogas, salud mental, infancia, justicia, servicios sociales…) cómo trabajar conjuntamente.

Os dejo el link a la página web sonde podéis encontrar más información al respecto.

http://www.drogasgenero.info/espai-ariadna

Otra experiencia que me parece muy interesante (también en Cataluña) es el servicio PREINFANT de acompañamiento a madres desde el embarazo y los primeros años de crianza de la Asociación ABD. Está demostrado que estas mujeres, con un acompañamiento adecuado (como bien señalaba Sonsoles en su respuesta) son capaces de criar a sus hijo/as de manera responsable.

Os dejo también la dirección web del servicio: http://www.preinfant.org